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NUESTRA ATALAYA 1985

 

NUESTRA ATALAYA 1985

ANTON EL JUDÍO, UN VILLENENSE TIPICO



 

 

 

 

 

 

  

 

Antón el judío ha sido uno de los tipos más característicos de Villena, un ejemplar humano magnífico y vital que con sus ocurrencias, con su conducta, llego; a ser famoso en su época dentro del entono ciudadano.

Antón nació en Villena el año 1869. Trabajó, como entonces solía suceder, desde muy niño. Fue jornalero, apelativo que entonces se aplicaba a los trabajadores del campo, y especialmente a los eventuales, que eran los que ocupaban el último escalón entre los trabajadores locales. Hombre de buen natural, su mísera vida, y los abusos de sus ocasionales patronos y hasta de sus mismos compañeros de trabajo, le llevaron a abandonar su actividad y a vivir de la mendicidad. Fue en esta segunda etapa de su vida cuando se hizo popular en la población. Salvo la pequeña ayuda que suponía para él la labor de transportar frutas y verduras al mercado durante las primeras horas del día, satisfacía sus necesidades implorando la caridad  por las casas villenenses. Sus agudezas, su peculiar forma de ser, sus características personales, le llevaron a ser conocido y celebrado por todos sus conciudadanos.

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Acostumbraba a llevar una manga de la chaqueta sin meter el brazo en ella. Y en esa manga, cuya boca ataba con una cuerda, iba depositando los mendrugos y otros alimentos salidos que recogía. Nunca pedía si ya tenía suficiente para el día; esta era una sus costumbres y nunca guardaba para el día siguiente. Llamaba a las puertas y recitaba humorísticas peticiones; era cordial, bien humorado y ocurrente; muchas de sus frases, de sus ocurrencias, de sus respuestas, corrían de boca en boca. Formaba tertulia con sus amigos Pijoto, Mañaña y Coleto, a los que en ocasiones socorría con lo que a él le sobraba.

No se casó y aunque vivió durante muchos años junto a una hermana y el marido de ésta, su peculiar filosofía y su sentido de la independencia le llevaron a prescindir de su compañía y del abrigo del domicilio familiar para ir a vivir a una cueva de La Solana, cerca de la carretera de Biar.

Antón el Judío, conocido por todos los villenenses de su época, cuyos dichos y agudezas se hicieron populares en Villena, cantado por poetas locales, celebrado hasta por paisanos suyos de dispar y aún opuesta condición, murió en 1934, a los 66 años, víctima de una ingestión de naranjas que comió movido a ello por una apuesta.

 

Vicente Prats, a quien debemos todos los datos reseñados, dice que; según sus noticias, parece ser que comía ciento diez unidades de la citada fruta. Una manera de morir poco común, acorde con la peculiar forma de ser y de obrar que fueron sus características Y labraron la nombradía a escala local de este mendigo singular y típico que fue Antón el Judío.

 

Colaboración de la Cada Rural Provincial.

Vicente Prats y Alfredo Rojas.

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