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DIA 4 QUE FUERA 1997

 DIA 4 QUE FUERA 1997

LAS CORONAS DE LA VIRGEN DE LAS VIRTUDES



 

 

 

 

 

 

 

No hace mucho tiempo que un buen amigo me hizo llegar unos interesantes documentos, referidos a la Coronación Canónica de Nuestra Patrona, la Virgen de las Virtudes, correspondientes al año 1923. Este fue el motivo que me impulsó a investigar el número y características de las coronas que tanto la Virgen como el Niño han tenido desde su aparición en 1474.

Las primeras de las que tengo noticias son las que figuran en el Inventario realizado el 15 de mayo del año 1522 al que alude el historiador Máximo García Luján en su "Historia del Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes". Entre otras pertenencias señala "...dos coronas de plata...".

El 5 de febrero de 1592 toman posesión del Convento los Agustinos de la provincia de Aragón al haber abandonado el mismo sus hermanos de la de Andalucía. Para la entrega, con asistencia de Diego de Bolimbro,

Alcalde ordinario y los regidores Alonso Miño y Diego de Valera, se hizo otro Inventario ante el escribano Bernardino de Campos. En el mismo se hace constar:

-Item., una corona de Nuestra Señora, de plata con su diadema y pedrería".

"Item., otra corona de plata del Niño Jesús".

 

El que se lleva a cabo el 11 de junio de 1646, con el padre Fray Eugenio del Castillo como Prior, es muy significativo. Dice: "Primeramente dos coronas de plata sobredorada de hechura imperial; la de Nuestra Señora con diez y seis piedras de diferentes colores; la del Niño con otras tantas, las cuales dio de limosna el señor Obispo de Calahorra."


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lienzo de Nuestra Patrona La Virgen de las Virtudes, posiblemente realizado en el año 1814.

Me extrañó sobremanera que no figuraran las anteriores, aunque unos meses después, el 28 de octubre, siendo Prior del Convento el Padre Fray Adeodato Piñero, hermano del mencionado Obispo, se confeccionó otro en el que ya constan las cuatro.

Su descripción es la siguiente: "Una corona imperial de plata, sobredorada por dentro y fuera".

"Y otra para el Niño, de la misma hechura con diecisiete piedras cada una de diferentes colores".

"Otra corona de la Virgen y del Niño; la de la Virgen con diadema y rayos; ambas doradas".

 


Corona de Nuestra Señora de las Virtudes, regalo del Presbítero D. Pedro Lucas Injiero en el año 1713.

Existen otras, que son a las que se refiere el destacado historiador Don Salvador Abellán García en su artículo "Las Coronas de la Virgen", publicado en el boletín "La Corona" de fecha 1 de septiembre de 1921. "... la que hoy ostenta -dice- fue regalada por Don Pedro Lucas Piñero, Presbítero nacido también en Santiago en 1663, fue Doctor en Teología, beneficiado de Santa María, Secretario de Don Carlos de Borja, Patriarca de Indias..."

"El peso de las coronas actuales y rostrillo es de 48 onzas castellanas".

 

Gracias a la amabilidad de José Federico García-Galbis Esquembre, Presidente de la Junta de la Virgen en el año 1995, pude examinar las que actualmente, y durante todo el año, llevan la Virgen y el Niño. No existe en este caso la menor duda, porque en el interior de la de Nuestra Señora figura la siguiente inscripción:

 

"DIO ESTAS CORONAS Y ROSTRILLO D. PEDRO LUCAS PIÑERO SECRETARIO DEL ILMO. SR, PATRIARCHA D. CARLOS DE BORJA. AÑO 1713".

 

En el libro "El Barroco en tierras Alicantinas, Arte Religioso Pintura y Platería", en su Capítulo Orfebrería Barroca en la Gobernación de Orihuela, Guadalupe Francés López realiza una descripción de estas joyas con tal precisión, que considero de interés reproducir:

 

"Pieza n.° 22: CORONA DE LA VIRGEN Y EL NIÑO DEL SANTUARIO DE LAS VIRTUDES DE VILLENA (Principios del siglo XVIII, 1713).

Material: Plata sobredorada, cabujones de cristal. Técnica: Grabado, repujado, calado y cincelado. Elementos de fundición. Medidas: Corona de

la Virgen, ancho: 28 cm. de diámetro, alto: 37 cm. Corona del Niño, ancho: 13 cm. de diámetro, alto: 24 cm. Marca: No posee el punzón del orfebre. Sí hay inscripción en el interior de la base de la Corona de la Virgen, indicando de quién procede la donación y año de la realización:

"DIO ESTAS CORONAS... DON PEDRO (Lucas) PINERO, SECRETARIO DEL ILMO. PATRIARCHA (¿Indias?) (¿Cardenal?) BORJA AÑO 1713.". Estado de conservación: Bueno. "Magníficas Coronas plenamente inscritas en el barroco decorativo, relacionables estilísticamente con la de la Iglesia Parroquial del Salvador de Burriana (que debió pertenecer a su patrona "La Mare de Deu de la Misericordia"), datada en el segundo tercio del siglo XVII. Esta, a su vez, presenta gran similitud con el diseño de la corona realizado en 1674 por Don Pedro Martínez en su examen de ingreso al Colegio de Plateros Valenciano. Realizadas en plata sobredorada, presenta decoración vegetal y floral, repujada y grabada, con intersticios calados en sus bases, que recortan y realzan individualmente cada motivo floral. Estos se apoyan sobre un anillo moldurado que encierra cenefa vegetal, alternando cabujones blancos en la Corona de la Virgen. La parte superior, configurada por dos anchas bandas a modo de cintas semicirculares que se cruzan, decorada con motivos florales de fundición, y rematada por una cruz latina.

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Corona del Niño, regalo del Presbítero D. Pedro Lucas Piñero en el año 1713.

 

La mayor sencillez decorativa de la Corona del Niño contrasta con la riqueza de la Corona de Nuestra Señora, que alterna rosetones y rombos enmarcados por ménsulas vegetales, centrados por cabujones de cristal blanco (excepto el cabujón central de la Corona que es rojo). En el año 1917 Don Gaspar Archent Abellán, dio a conocer el proyecto de coronar canónicamente a nuestra Patrona. Se formaron comisiones de damas y caballeros para llevarlo a cabo, pero por diversas circunstancias la iniciativa no prosperó. Cuatro años más tarde, en 1921, renace nuevamente la idea. Su artífice es igualmente el incansable Don Gaspar, que inmediatamente edita el boletín mensual "La Corona", cuyo primer número ve la luz el 1 de septiembre de dicho año.

 



Corona de Nuestra Señora de las Virtudes, 6 de septiembre de 1923.

 

Dirigido por él mismo, es vehículo de ilusiones y esperanzas que culminaron el día 6 de septiembre de 1923. No voy a referir minuciosamente los detalles del acontecimiento. Diré solamente que una vez celebrada la Misa de Pontifical en la Parroquia de Santiago, se organizó una procesión que finalizó en la Puerta de Almansa. En un templete levantado para la ocasión, el Obispo de Cartagena, Excmo. y Rvdmo. Sr. Vicente Alonso Salgado, coronó solemnemente a la Virgen de las Virtudes.

Pero sí considero indispensable transcribir parcialmente el trabajo que con el título de "¡YA ESTÁ!, se publicó en el número 17 del boletín a que antes me he referido, en el que se especifica con detalle las características de las coronas, que realizó con gran acierto un extraordinario orfebre, Don Manuel Orrico Guzmán, y que fueron expuestas en el comercio de tejidos de José Carrera Esquembre situado en la calle Joaquín María López nº 7, para que el público pudiera contemplarlas y admirar su perfección. "La corona de la Virgen es de forma imperial y estilo Renacimiento. En el basamento y en la parte que caerá sobre la frente misma de la Virgen lleva en esmalte fino el escudo de la población, como representando a Villena coronando a su Patrona. De entre preciosos calados y laureles afiligranados arrancan, entre azucenas simbólicas, las seis imperiales que llevan otros tantos esmaltes: dos de ellos con los escudos del Romano Pontífice y del Obispo diocesano y los otros cuatro con escenas de la aparición de la Virgen tomadas de las estampas antiguas. Cierran las imperiales con graciosas volutas que sostienen un mundo con su correspondiente ecuador y sobre el mundo se destaca victoriosa la cruz redentora".

"Circundando la corona va una espléndida diadema o enrayada, rematada con doce estrellas y, alternando con estas, en un plano inferior, hay siete medallones de oro cincelado con figuras en busto representativas de las tres virtudes teologales y de las cuatro cardinales, ocupando el lugar preferente la figura simbólica de la Caridad. Sobre esta aparece una artístico anagrama de María". "En la parte inferior de la diadema y entre arcos de perlas o piedras pequeñas van doce pequeños esmaltes con atributos de la Virgen, y en los dos huecos que quedan entre las imperiales y la enrayada figuran dos ángeles adoradores de oro cincelado. En el centro de la corona y pendiente de una cadenita de oro aparecerá colgante la paloma representativa del Espíritu Santo, a semejanza de la corona actual".

"La coronita del Niño es esbelta, ligera, aérea. Lleva también seis imperiales y entre éstas, graciosamente entrelazadas, aparecen seis ángeles con las alas extendidas rematando también con un mundo y la cruz". "Finalmente el rostrillo de la Virgen que tiene exactamente las mismas dimensiones que el actual, es un calado artístico semejante al de un encaje precioso, fino y dedicado que como aureola brillante circundará el rostro moreno, pero bello y gracioso, de nuestra Virgen queridísima". Sobre el importe comenta: precio aproximado de la mano de obra será de quince mil pesetas, pudiendo exceder o bajar algo, según el número de piedras que se hayan de engarzar, además de las que resulten de las alhajas". En el año 1947, vísperas del XXV Aniversario de la Coronación de nuestra Patrona, es deseo unánime conmemorarlo con toda brillantez.

Para ello se constituye una comisión pro Bodas de Plata y su primera decisión es la de editar un boletín al que precisamente se le bautiza con este nombre, y cuyo objetivo es que sea "... como la campana que tuviera constantemente dirigida la atención de los villenenses...". En el mes de enero de 1948 la Comisión toma un importante acuerdo: obsequiarla con "... una corona semejante, si no igual, a la desaparecida en 1923". Bien es verdad que las circunstancias económicas no eran iguales que las de entonces, en las que se recaudaron 48.639'25 pesetas y un número incalculable de joyas, entre las que se encontraban collares de perlas, monedas de oro y plata, cadenas, pendientes, pulseras, gemelos... Pero se propusieron que la ofrenda fuera la corona, aunque ésta se elaborara solamente de oro. Inmediatamente se visitó a Don Manuel Orrico Vidal hijo del orfebre que realizó la primera y que todavía conservaba los bocetos. El artista les comunicó, a preguntas de la comisión, que el presupuesto de la "Corona de la Virgen, con aureola, unas 90.000 pesetas en oro y esmaltes y exactamente igual que la anterior...".

 



Corona de Nuestra Señora de las Virtudes, 6 de septiembre de 1948.

 

La "Crónica de las Fiestas de septiembre del año 1948", relata las alhajas de la ofrenda: "Peso de ambas coronas -la de la Virgen y la del Niño-1953 gramos; peso del rostrillo de la Virgen: 272

gramos, que hacen un total de 2.225 gramos, distribuidos de la manera siguiente: Oro 1.911.35 gramos; Plata: 148 gramos; Joyas: 85.70 gramos; Esmaltes: 79.95 gramos". "El coste total ha sido de 140.000 pesetas, aunque la valoración real, según dictamen técnico, asciende a 170.000 pesetas. Esta diferencia corresponde al importe de los donativos en oro y joyas...". La ceremonia de la Coronación fue similar a la de 1923. Misa de Pontifical, Procesión, y a continuación, en el mismo escenario, la Puerta de Almansa, solemne coronación por el entonces obispo de Cartagena, Dr. D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara. ¿Pero quiénes componían esta familia de tan magníficos orfebres? ¿Cuáles eran sus raíces? Sus antecedentes son italianos, concretamente de la ciudad de Siena. El primero de ellos, Manuel Orrico, llegó a la capital del Turia por el año 1850. Comenzó su actividad vendiendo medallitas de la Virgen en las puertas de las Iglesias. En 1855 fundó su taller. Muy pronto el negocio fue prosperando. El señor Orrico poseía punzón propio para el contraste de sus piezas, que figura en el catálogo de plateros y orfebres de España del siglo XIX. La industria fue continuada por su hijo Manuel Orrico Guzmán, nacido en Valencia. En el año 1891 vio la luz, también en dicha capital, su nieto Manuel Orrico Vidal. Este último estudió Bellas Artes, e impulsó de tal manera la industria familiar, que por el año 1920 contaba con una plantilla que superaba los 50 empleados. A lo largo de la vida profesional de los Orrico, sus talleres construyeron más de doscientas coronas para imágenes de toda España, entre ellas las de Alicante, Villena, Elda, Petrel, Torrevieja... y la aureola de la Virgen de los Desamparados de Valencia. Según me comunica el biznieto Don Manuel Orrico Gay, continuador del negocio, también salieron de sus fábricas las grandes lámparas que están situadas en nuestra Iglesia parroquial de Santiago. Se dedicaron a la orfebrería religiosa en todas sus modalidades: tronos, coronas, custodias, cálices, candelabros... Por cierto que en Orihuela, en la procesión del Martes Santo participan:

-La Cruz-Guion de la Cofradía del Ecce-Homo.

-El Trono de la Imagen.

-El de nuestro Padre Jesús de la Caridad.

-El Trono con Palio de María Santísima y

-El de la Verónica, confeccionados todos ellos en la Casa Orrico. Participaron en innumerables exposiciones nacionales, consiguiendo, entre otras distinciones, 18 medallas de oro. Manuel Orrico Vidal fue un gran admirador de la música de nuestro inolvidable paisano Ruperto Chapí, y por una serie de gratas circunstancias, su hija, Mercedes Orrico Gay, contrajo matrimonio con Emilio Chapí Rodríguez, nieto del ilustre compositor. Según esta investigación, las coronas que la Virgen y el Niño han tenido a través de los tiempos han sido las siguientes:

-Las que figuran en el Inventario realizado el 15 de mayo de 1522, ignorándose que fue de ellas.

-Las donadas por D. Juan Piñero Osorio, Obispo de Calahorra, asimismo desaparecidas.

-Las que regaló D. Pedro Lucas Piñero que datan del año 1713 y llegan hasta la actualidad.

-Las de la Coronación celebrada en el año 1923, destruidas en 1936, y

-Las de las Bodas de Plata de 1948, que se utilizan durante las Fiestas que del 5 al 9 de septiembre se celebran en su honor, y también en ocasiones extraordinarias.

 



Corona del Niño, 6 de septiembre del año 1948.

 

En vista de ello es inevitable hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo fue posible que las coronas que regaló Don Pedro Lucas, se conserven en la actualidad y no desaparecieran en el año 1936, al igual que las de la primera Coronación? La respuesta se encuentra en el artículo titulado "Imagen de la Virgen de las Virtudes, Convento Santuario y Familia Leal Lázaro Pérez Pascual", publicado en la "Revista Villena" correspondiente al año 1987, al que remito a los lectores que sientan curiosidad. No obstante, para confirmarla y ampliarla me puse en contacto con su autor. Eugenio Pérez Leal. Efectivamente, sus progenitores Eugenio Pérez Pascual y Dolores Leal Lázaro, se trasladaron al Santuario por el año 1934 para atender a su padre Ginés, y hermano José Leal Lázaro, que estaba desempeñando las funciones de capellán del Santuario.

Finalizaba el año 1935 y su padre, tal como relata en el artículo, a la vista de los incendios y saqueos que se realizaban en las iglesias de la vecina población de Yecla, decidió esconder las principales joyas de la Virgen para intentar que no fueran robadas o destruidas. Entre ellas se encontraban las dos coronas. Tras una serie de vicisitudes se trasladó esta familia a Valencia, donde en una vivienda situada en la calle Poeta Badenes, cerca de la plaza de la Catedral, se encontraba escondido el Canónigo y conciudadano nuestro Don Gaspar Archent Abellán, al que en una futura visita le hicieron entrega de las mismas. Terminada la guerra, Don Gaspar las depositó, probablemente en el Ayuntamiento, o en cualquier otro lugar que reuniera condiciones de seguridad, y cuando el día 5 de septiembre, en el Santuario, a las 9 de la mañana fue bendecida nuestra Excelsa Patrona -admirable escultura realizada por nuestro ilustre paisano Antonio Navarro Santafé- por el villenense Don Ceferino Sandoval Amorós, Canónigo de la I.C. de Murcia, les fueron colocadas a la Virgen y al Niño ambas coronas, que gracias a Eugenio y Dolores se han podido conservar. Hoy, cumplidos ya 283 años en que el Presbítero Don Pedro Lucas Piñero las regaló, podemos contemplarlas como perenne recuerdo del amor y veneración de un villenense hacia su Virgen de las Virtudes.

 

Vicente Prats Esquembre

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